Nociones de Paramilitarismo y su necesidad de estudio en Nicaragua.
El paramilitarismo
constituye una práctica de poder y fuerza ejercido por grupos estructurados
paralelos a las milicias con las cuales se ejerce violencia
deslegitima con el fin de dominar y reordenar comunidades y movimientos
sociales y homogenizar las masas de acuerdo a sus objetivos. Usualmente el
paramilitarismo es empleado por los grupos de poder hegemónico dominante como
el Estado, el sector empresarial, Militares, Élites Locales y Mafia (Insuasty,
2017).
El uso deslegítimo de la
violencia por parte de los grupos paramilitares avalado por el Estado representa
una táctica represiva y se engloba dentro de Terrorismo de Estado. Este tipo de
ejercicios de poder estatal y social conllevan a una ruptura del estado de
derecho y un resquebrajamiento de las estructuras y procesos sociales en su
cotidianidad, así mismo, los sucesos violentos tienen un peso en la estructura psicológica
de las comunidades e individuos que los atestiguan.
En la dinámica de poder, el
Estado es el acreedor de recursos políticos y económicos con lo cual se pone en
una posición ventajosa frente a otros grupos de la sociedad. Como se entendía desde el pensamiento Weberiano el Estado es aquel que posee la violencia legítima, haciendo referencia a que tiene las dispocisiones necesarias para tomar la decisiones criteriales por sobre la sociedad a la que pertenece, no obstante, el
paramilitarismo raya lo político con lo ilícito y funge como un artilugio de control social violento cuyo
ejercicio quiebra la supuesta construcción burocrática en la que (se supone) está
enmarcada el Estado y la sociedad.
El paramilitarismo conlleva la
utilización de la fuerza bruta para lograr los intereses particularizados de
cierto grupo, el uso o muestra de herramientas belicosas atentan contra la
humanidad de las comunidades y grupos opositores, quienes a su vez tratan de encontrar
sus propios recursos con los cuales también ejercer poder y presionar para
lograr sus intereses.
En Latinoamérica, el
paramilitarismo se ha manifestado en varios países de la región como Colombia, Venezuela, El Salvador, Nicaragua entre otros, configurándose así como un problema social colocado en las agendas investigativas de las ciencias
sociales en el istmo pero muy escasamente recapitulada en nuestro país. En particular, en Nicaragua los sucesos subsecuentes
a Abril de 2018 han dejado entrever una situación social y política precaria a
los ojos del mundo teniendo repercusiones diplomáticas de gran escala.
En Nicaragua, la ruptura sociopolítica
de los periodos contemporáneos ya había sido labrada a través de los últimos periodos
históricos del país. La política y la sociedad nicaragüense han estado
envueltas golpeando una a la otra. En este caso, el paramilitarismo
de los períodos posteriores a 2018 resulta ser uno de los principales mecanismos
represivos ejercidos por el Estado de Nicaragua contra sus manifestantes desencadenando una crisis nacional y un gran recrudecimiento de la violencia.
El abordaje del problema que representa el paramilitarismo es mayormente
abordado desde una perspectiva explicativa desde la sociología y los estudios
sociales íntimamente relacionados con la política por ser estructuras políticas
y sociales las que dan paso a la formación de grupos paramilitares prosistema (CNMH,
2018., citando a Palacios, 2012, pp-15).
En Nicaragua no se podría identificar si el paramilitarismo es un fenómeno relacionado íntimamente
a la política institucional, al no verse respaldada por la
constitución Nicaragüense pero sí motivada por los agentes Estatales y su permanencia en el poder político del país, así como también es motivada por otro lado, por la influencia política del nicaragüense común que propugna una ideología partidaria con tal ahínco que llega a cometer delitos en pro de defender el status quo que muestra el gobierno a través de sus prácticas políticas propias del nacionalismo socialista influenciando así el comportamiento social y haciendo que ciertas personas tomen por su cuenta de manera maniática el supuesto bienestar social que propone el gobierno.
Es importante el abordaje del paramilitarismo nicaragüense de estos últimos
años porque no conocemos el antecedente histórico y cultural de este mecanismo de represión social
en Nicaragua, además las consecuencias que efectúa su ejercicio en la sociedad
pueden ser diversas, tanto psicológicas como sociales, como puede ser
trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad como el Trastorno de estrés
post traumático, y que por otro lado atentan a movimientos sociales, tienden a la
marginación y a la alienación así como amenazan a la cultura política de la
ciudadanía.
- Insuasty, A. (2017). ¿De qué hablamos cuando nos referimos al paramilitarismo?. El Ágora USB, 17(2), 338-367
- Centro Nacional de Memoria Histórica. (2018). Paramilitarismo: Balance de la construcción del CNMH al esclarecimiento Histórico. Bogotá, CNMH.
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