Noticias, percepciones, realidad en suposiciones.


Ha empezado un nuevo día en nuestro suelo y en nuestras cabezas, las noticias nos invaden, unas amarillistas otras aparentemente irrelevantes pero ahí están funcionando de cimento para la formación de la ola que se abalanza hambrienta de ser conocida, no cumple su cometido, la parte más estruendosa de la ola es aquella que se arquea sobre su sí y cae delante de sí para luego seguir adelante y formar parte de la estela que sigue la nueva ola que va transformándose día tras día, noticia tras noticia, todo queda en el posible ayer.

Día a día, los femicidios, los homicidios, los asaltos, fraudes y robos, los accidentes de tránsitos, las violaciones a los derechos humanos se suscitan y llegan a nuestros ojos y oídos que impávidos apenas reaccionan conmocionados a las estocadas de la humanidad ajena. Hay excepciones excepcionales que son aquellos cuya impresión por los hechos concientizan sobre la importancia de pararse frente a esa noticias trágicas gritando a voz viva por la igualdad de género, por lo importante de luchar contra la corrupción y la mediocridad del estado, de luchar por las clases menos favorecidas, de luchar contra los privilegios propios y claman por justicia para ellos, para mí, para todos.

Existen varios lados y una sola historia puede contarse desde ópticas innumerables, las percepciones son propiedad privada, de ellas nacen concepciones e interpretaciones de esas muertes, de esos crímenes a la humanidad y reaccionan ante la injusticia como se les permite reaccionar para seguir tratando de conservar la vida y o no volverse locos, otros menos desafortunados o valientes, lucidos o no, influenciados o afectados por los hechos violentos y desalentadores sucumben ante las presiones del saberse invadido por la incertidumbre sí esa crueldad sinsentido algún día cesará.

Reacciona cada uno como su propio sentido de normalidad le permite, ya apabullado en tanta violencia, nacido de violencia, criado en violencia, la violencia se vuelve tan invisible en la cotidianidad que los hechos majestuosos y positivos son tomados con escepticismo o son sosegados como los hechos violentos, viviendo en la catatonia relatada por Raque Vaga y aceptarnos como catatónicos para poder escapar de ella. Otros con la fortuna que quién sabe qué o quién les ha permitido arremeter a esa realidad impuesta y reconstruirla para lograr que esa imposición se torne una propuesta rechazada de la vida.

Es difícil pararse ante las adversidades, todos las afrontan a su manera y está bien, no hay forma de vivir, no hay guía para sufrir, para sentir cuando se quiere sentir y para no sentir cuando no se quiere. Está bien sentirse vulnerable después de todo la marejada colectiva e individual que debemos vivir. Sin embargo, aceptarse vulnerable también conlleva la responsabilidad personal de saberse necesitado de ayuda.
Resumen:
  • Las noticias del día a día nos inundan y a veces podemos estar desensibilizados al dolor de otro y al llamado de hacer más por una realidad diferente.
  • Existe mucha gente que no es mala ni buena, que lucha cada día para hacer valer sus derechos y las condiciones básicas de vida como todos deberíamos hacer.
  • Cada persona vive los hechos a su manera, permitir que cada uno viva su experiencia es importante.
  • Es importante pedir ayuda.

Cosas a las que hago referencia:
  • Catatonia (de catatónico): hace referencia a un estado de incapacidad de emitir respuestas físicas o psicológicas que puede ser a causa de un gran cansancio físico.
  • Catatonia novela de Raque Vaga.


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